Esta semana saltaba la noticia de que la actriz Demi Moore había perdido sus dos incisivos centrales a causa del estrés. "Me gustaría explicar que me lo hice cayendo de un monopatín, pero no es así. Perdí los dos dientes frontales por el estrés. Y lo quiero compartir porque creo que es importante. Después de los problemas cardiovasculares, el estrés es una de las principales causas de mortalidad en América" Según ella misma explicó en la televisión americana.
Lo cierto es que aparte de la chocante fotografía, no aportó más datos de cómo realmente el estrés llegó a afectarla tanto como para perder sus dientes. Es cierto que altos niveles de estrés mantenidos durante largos periodos de tiempo produce una bajada de defensas en organismo, haciéndonos más susceptibles a padecer caries, problemas en las encías o apretamiento y rechinamiento de dientes (bruxismo).
El estrés por tanto, afecta como factor predisponente en caries y periodontitis, pero no como factor único. Es decir, debe existir una patología preexistente que se ve agravada por el estrés. Sin embargo, en el caso del bruxismo, es la causa principal. El bruxismo puede producir desgastes a nivel dentario, y en casos muy extremos, incluso la fractura de dientes.
Desconocemos los pormenores de la pérdida de los dientes de la actriz, pero desde luego estamos seguras de que el estrés elevado sumado (o no) a otros problemas dentarios pueden llevarnos a perder piezas dentales en casos extremos.
